Encuentras compromisos
Ser prepotente y necesitar doblegar tu propia línea no es sinónimo de una vida en común cómoda. Dos personas que se quieren y se conocen lo suficiente, a la hora de tomar cualquier decisión tienen en cuenta los deseos y capacidades de la pareja. Con el tiempo, esto se convierte en un hábito natural y ya no requiere un esfuerzo adicional.
Te sientes seguro
El derecho a la seguridad es un derecho humano básico. En una relación, se complementa con una sensación de seguridad y confianza en tu pareja. Puedes estar seguro de que estás en una relación emocionalmente madura y sana si sabes con certeza que tu pareja no te hará daño emocional ni físicamente, defenderá tus intereses y cumplirá incluso una pequeña promesa.
Te resulta fácil pasar tiempo a solas
…y a tu pareja también. Respetáis el espacio personal del otro y sabéis que a veces cualquiera necesita estar a solas consigo mismo. Cuando pasas tiempo con tus amigos o aficiones, no piensas “¿por qué no llama?” ni sientes pánico y desesperación; esos sentimientos son señal de codependencia e inseguridad en tu pareja.
Conoces a tu pareja hasta el último detalle
En el libro “7 principios de un matrimonio feliz”, el psicólogo John Gottman propone el concepto de “mapa del amor”. Se trata de un mapa imaginario en el que, como en un mapa del terreno, durante la relación la persona anota toda la información, incluso la más insignificante, sobre su pareja. ¿Qué puede tranquilizar a su pareja cuando está disgustada? ¿Cómo es su relación con su familia? Su postre favorito, sus sueños, sus inseguridades… Esta información sobre tu pareja la guardas y la repones constantemente porque es importante para ti.
Y también hablas del futuro, no idealizas a tu pareja, sabes perdonarte mutuamente y te sientes a gusto juntos.
¿Madurez en una relación = aburrimiento?
En absoluto. Si te desconcierta la falta de novedad, todo te parece demasiado familiar y hace tiempo que dejaste de piropear a tu pareja, lo único que tienes que hacer para remediar la situación es esforzarte conscientemente en mirar a la persona familiar y cercana que tienes al lado con interés y sorpresa, como si la vieras por primera vez. Sorpréndele con un regalo sin motivo, vístete para él/ella como si volvierais a tener una primera cita.
Pero una relación madura necesita un enfoque más maduro y atento del cortejo: tal vez tu pareja aprecie más una cena preparada, un piso ordenado o un viaje al balneario que un ramo de flores caro.
En una relación sana y duradera hay lugar para las bromas, las tonterías y la atención a las pequeñas cosas: compra una entrada para un espectáculo de stand-up, un partido, un concierto, una obra de teatro, al que tu media naranja lleva tiempo soñando con ir. No te olvides de la intimidad física: está demostrado que incluso los abrazos y los besos refuerzan el sentimiento de apego, la felicidad en las relaciones y afectan positivamente a nuestro bienestar y salud.