Estamos acostumbrados a confiar en lo que pasa por nuestra cabeza, porque si no podemos confiar en nosotros mismos, ¿en quién podemos confiar? Sin embargo, no siempre es posible confiar en el cerebro, porque es propenso a las llamadas distorsiones cognitivas. No, no nos miente deliberadamente, simplemente a lo largo de la vida en el cerebro humano se forman conexiones erróneas, debido a las cuales podemos malinterpretar lo que está sucediendo. Averigüemos qué son las distorsiones cognitivas y qué hacer con ellas.
Solemos tener pocas dificultades o dudas para relacionar dos sucesos o pensamientos que ocurren al mismo tiempo, aunque no exista una conexión real entre ellos. Ayer te acordaste de un amigo que desapareció del radar hace tiempo y hoy, de repente, te ha enviado un mensaje de texto. ¿Mística? ¿Coincidencia? Por supuesto, es más probable lo segundo que lo primero, y para ser aún más precisos, simplemente estás enfatizando los dos acontecimientos, formando una conexión donde no la hay. Y ésta es sólo una de las decenas de distorsiones posibles de nuestro pensamiento.
¿Qué son las distorsiones cognitivas?
Las distorsiones cognitivas son visiones sesgadas a sabiendas de todo lo que nos rodea, pensamientos y creencias irracionales que reforzamos inconscientemente a lo largo del tiempo.
Estos patrones y sistemas de pensamiento son a menudo escurridizos: una vez que se convierten en parte habitual de los pensamientos cotidianos, son increíblemente difíciles de reconocer. Por eso pueden ser destructivos: sencillamente no los reconoces como un error, un problema, algo que hay que cambiar.
Si eres humano, probablemente hayas experimentado algún tipo de distorsión cognitiva en ti mismo, y en general, eso es normal. La diferencia entre quienes se encuentran con distorsiones ocasionalmente y quienes luchan con ellas de forma continuada es la capacidad de identificar y corregir estos patrones de pensamiento erróneos.
¿Cómo afrontar las distorsiones cognitivas?
En primer lugar, hay que recuperar una mentalidad más equilibrada y aprender a reconocer los pensamientos que parecen automáticos.
